NOVEDADES INSTANTANEAS
lunes, 1 de julio de 2024
REFLEXIONES DE FE DEL PADRE GREGORIO MAKANTASSIS PARROCO DE SANTIAGO DEL ESTERO
La “oración a Jesús” es conocida también
por nuestra tradición ortodoxa como la oración del corazón (de la mente en el corazón)
consistente en una breve fórmula piadosa que se repite: “Señor
Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de
mí pobre pecador”, su origen se puede descubrir en el ambiente de
búsqueda de una oración continua que sella intensamente la historia espiritual
de los primeros siglos cristianos, que se remonta particularmente el peregrinar
de los Padres del desierto. Es doctrina común del monacato primitivo la
búsqueda del ideal de la oración incesante. Se dice de San Antonio de Egipto,
quien ha pasado a la historia como: el padre de los monjes quien «rezaba
constantemente, pues había aprendido que era necesario rezar incesantemente en
privado». La aspiración a una oración constante se nutre de las enseñanzas del
apóstol San Pablo que exhorta en su cartas a vivir «perseverantes en la
oración» (Rom 12:12) y a «orar sin cesar» (1Tes. 5: 17).
Se recomienda, más aún en estos
tiempos de tanta necesidad espiritual, como fórmula privilegiada la “oración a Jesús” que es una fórmula
abreviada que sintetiza la espiritualidad monástica de lamentación y dolor por
los propios pecados. Es así que la constante repetición de jaculatorias: oraciones cortas,
oral o mental, de una oración o frase breve o de una sentencia de la Sagrada Escritura
para alabar al Señor, obtener ayuda o para implorar perdón, se descubre en la
temprana tradición cristiana y se va enlazando esta práctica con el propósito
de alcanzar la oración continua.
Entre las referencias a la
invocación del nombre de Jesús puedo citar una oración de San Isaac de Siria,
Obispo de Nínive (Sig. VII): «Oh nombre
de Jesús, llave de todos los dones, abre para mí la gran puerta de tu casa del
tesoro para que pueda entrar y alabarte, con la alabanza que nace del corazón,
como respuesta a tus misericordias que vengo experimentando de un tiempo acá;
pues tú has venido y me has renovado con la conciencia del Nuevo Mundo».
El surgimiento de la Oración a Jesús, se lo vincula a
la oración humilde del publicano el que aspirando a la misericordia divina
oraba: «¡Oh Dios! ¡Se propicio a mí, pecador!» (Lc 18,13). Es la forma correcta
de orar en la que podemos aprender del publicano; por lo que no tengamos
vergüenza de orar a Dios como él lo hizo, con unas pocas simples palabras, las
que fueron suficientes para que obtuviera perfectos resultados, así tu oración
será más liviana que una pluma. Pues si este modo de orar justificó a un
pecador, cuanto más fácilmente elevará a un hombre justo a las alturas, por eso
lleva siempre la palabra del publicano en tu corazón y pronúncialas con tus
labios al Señor.
Asimismo en el Nuevo Testamento en
referencia al Señor Jesús, así como a las acciones realizadas en su nombre
encontramos entre las citas: «Santificado sea tu nombre» (Mt 6,9; Lc 11,2), de
la oración del Padre Nuestro; o «bautizándolos en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28, 19), de la misión apostólica, en la Carta a los Filipenses 2:
9-11: «al nombre de Jesús, toda rodilla se doble --en el cielo, en la tierra,
en al abismo-- y toda boca proclame que Jesucristo es Señor»; en los Hechos de
los Apóstoles 4:12: «Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres
por el que nosotros debamos salvarnos» y en el Evangelio según San Juan16:23-24:
«Pues sí, os aseguro que, si alegáis mi nombre, el Padre os dará lo que le
pidáis. Hasta ahora no habéis pedido nada alegando mi nombre. Pedid y
recibiréis, así vuestra alegría será completa».
El ejercicio de la
invocación del nombre del Señor Jesús, además de una manifestación de fe, es
fruto de la convicción sobre el poder del nombre de Dios. Así, la invocación
del nombre no se limita a una evocación piadosa sino que es además portadora de
una fuerza o dinamismo salvífico que actualiza su presencia. El contexto de la
oración a Jesús es la fe. El obispo griego-ortodoxo Kallistos Ware, sostiene:
«El Nombre es poder, pero una repetición puramente mecánica, por sí misma, es
incapaz de lograr algo. La
Oración a Jesús no es un talismán mágico. Como en todas las
operaciones sacramentales, se requiere que el hombre coopere con Dios a través
de su fe activa y su esfuerzo ascético. Estamos llamados a invocar el Nombre
con recogimiento y vigilancia interior, manteniendo nuestra mente en las palabras
de la Oración ,
conscientes de a quién nos dirigimos y quién nos responde en nuestro corazón». El
dice enfático que la oración a Jesús «no es un instrumento para ayudarnos a
concentrarnos o relajarnos. No es simplemente una parte de un 'yoga cristiano'
un tipo de 'meditación trascendental' o un 'mantra cristiano', es una
invocación dirigida a otra persona: Dios hecho Hombre, Jesucristo, nuestro
Salvador y Redentor». Por lo que practiquemos esta oración desde lo más
profundo de nuestro corazón y conscientes que la elevamos a nuestro Dios.
PADRE GREGORIO MAKANTASSIS
sábado, 1 de junio de 2024
POESIAS ARABES QUE HABLAN DEL DOLOR DE NUESTRO PUEBLO IMPERDIBLES
SENTIMIENTOS
A UN HERMANO SIRIO
Siento que ya
no me dan miedo las armas,
que ya no correrá
la sangre,
que cuando salga con mis
hermanos
con nuestras manos entrelazadas
seremos un escudo en la
calle.
Siento que miro al cielo
y veo esperanza.
Siento que tuve un sueño
de ilusión
en el que ya no habían
muertos al alba
y que éramos libres
como el sol.
no me dan miedo las armas,
que ya no correrá
la sangre,
que cuando salga con mis
hermanos
con nuestras manos entrelazadas
seremos un escudo en la
calle.
Siento que miro al cielo
y veo esperanza.
Siento que tuve un sueño
de ilusión
en el que ya no habían
muertos al alba
y que éramos libres
como el sol.
PALABRAS
PARA SIRIA
Los cobardes tienen armas.
Los valientes las palabras.
Los valientes las palabras.
En Siria las muertes
aquí nos hacen fuertes.
aquí nos hacen fuertes.
Hermanos, sin miedo,
no podrán vencernos.
no podrán vencernos.
Escucha
esta es nuestra lucha
esta es nuestra lucha
QUE ES EL SUFISMO ? - PARA ENTENDER ALGO DE LOS CUENTOS SUFIES
El Sufismo, es una filosofía de la vida, una fuente de conocimiento. No es una religión o un culto, no es una obligación que alguien impone a alguien por medio de dogmas. La Tradición Sufí es una sabiduría antigua que está en los cimientos de todas las religiones, aunque es disidente de todas ellas. Al mismo tiempo es una ciencia actual, aplicable en cualquier momento y situación; y puede ser llevada por cualquier persona independientemente de su condición, así como no exige retirarse del mundo y sus problemas, sino por el contrario los utiliza para intentar el desarrollo del individuo, adaptándose a cada momento histórico.
Algunos de sus más importantes sabios y maestros han llegado a ser conocidos en Occidente, fueron muy influyentes en su época y su conocimiento ha llegado hasta nuestros días: como Ibn Arabi, nacido en la Murcia musulmana del siglo XII. Omar Khayyan Poeta Persa también del siglo XII y Rumi místico y visionario del Afganistán del siglo XIII.
Los cuentos son una forma natural de transmitir, mensajes y conocimientos y son utilizados por las culturas de todo el mundo. Además tienen la cualidad de mostrar ideas de manera sencilla y en poco tiempo que de otro modo y utilizando el intelecto serían muy trabajosas de explicar, comprender y compartir. Los cuentos se perciben con el corazón y no con la mente. De esta forma no se trata tanto de descifrarlos para ver qué quieren decir, sino más bien de permitir que se produzca su efecto sutil cuando los leemos para nosotros mismos o para otras personas
Algunos de sus más importantes sabios y maestros han llegado a ser conocidos en Occidente, fueron muy influyentes en su época y su conocimiento ha llegado hasta nuestros días: como Ibn Arabi, nacido en la Murcia musulmana del siglo XII. Omar Khayyan Poeta Persa también del siglo XII y Rumi místico y visionario del Afganistán del siglo XIII.
Los cuentos son una forma natural de transmitir, mensajes y conocimientos y son utilizados por las culturas de todo el mundo. Además tienen la cualidad de mostrar ideas de manera sencilla y en poco tiempo que de otro modo y utilizando el intelecto serían muy trabajosas de explicar, comprender y compartir. Los cuentos se perciben con el corazón y no con la mente. De esta forma no se trata tanto de descifrarlos para ver qué quieren decir, sino más bien de permitir que se produzca su efecto sutil cuando los leemos para nosotros mismos o para otras personas
PARA CONOCER ALGO DE LA LIGA ARABE
Liga Árabe
La Liga de Estados Árabes o simplemente Liga Árabe (en árabe: جامعة الدول العربية Yāmi`at ad-Duwal al-`Arabiyya), es una organización que agrupa a los Estados árabes.
Fue fundada el 22 de marzo de 1945 por siete Estados. Su objetivo principal es:
Servir el bien común, asegurar mejores condiciones, garantizar el futuro y cumplir los deseos y expectativas de todos los países árabes.
Su diferencia con otras organizaciones como la Unión Europea es que no ha conseguido un grado importante de integración regional y en que la organización no mantiene relaciones directas con los ciudadanos de sus Estados-miembro. La carta fundacional de la Liga Árabe declara que coordinará asuntos económicos, incluyendo relaciones comerciales, comunicaciones, cultura y salud. La sede permanente (Secretaría General) de la Liga se encuentra en El Cairo, Egipto. Salvo entre 1979-1989 que estuvo ubicada en Túnez.
En su carta fundacional, la Liga Árabe fijó como sus objetivos iniciales los de conseguir que el resto de estados árabes que aún se encontraban colonizados por países europeos se independizasen, y que en el Mandato Británico de Palestina la minoría judía no estableciera un estado independiente (Israel). También especificaba que no se trata de una Unión de estados ni de una Federación, sino una Liga en la que todos los estados soberanos mantienen una total independencia.
Fundación
Durante la Segunda Guerra Mundial, El Cairo fue el centro de la toma de decisiones tanto económicas como militares de los británicos para todo Oriente Próximo. Esta posición estratégica clave, permitió al gobierno egipcio entrar en conversaciones con otros países árabes para consolidar una unión más estrecha entre todos ellos. En ese momento, la situación en todos los Estados Árabes era muy diferente; mientras que en los gobiernos de Irak y Siria había una clara voluntad de fomentar los vínculos entre los países árabes, en el Líbano (con una importante población cristiana) no se veía con tan buenos ojos. En Yemen, Arabia Saudita y Egipto el sentimiento de unidad árabe ya estaba más extendido, aunque siempre manteniendo por delante los intereses nacionales.
Lo que estaba fuera de toda duda, era el hecho de que la guerra había contribuido notablemente a consolidar el sentimiento de unidad entre todos los árabes. Este estrechamiento de lazos desembocó en un primer intento de creación de una Liga de Estados Árabes, favorecido además, por el impulso británico, que se aseguraba así la influencia en la zona.
El primer borrador, desarrollado por el primer ministro de Irak y por Gran Bretaña, establecía cinco puntos por los que se habría de regir la unión:
1. Formación de una Gran Siria, que estaría formada por Siria, Palestina, Transjordania y Líbano.
2. Creación de la Liga Árabe, formada por la unión de Iraq y de la Gran Siria.
3. La Liga tendría un consejo permanente encargado de coordinar las cuestiones relativas a la administración y gobierno, los asuntos exteriores, la defensa, las cuestiones económicas y la protección de las minorías.
4. Se concedería una pequeña autonomía a los judíos de Palestina.
5. Los Maronitas de Líbano tendrían un régimen privilegiado.
También se establecía que esta unión estaría dirigida por la familia Hachemita. Sin embargo, este primer proyecto contó con una importante oposición; claramente en contra se manifestaron la comunidad judía, gran parte de la opinión pública libanesa, una parte de los sirios que defendían su propia nacionalidad al margen del resto de pueblos árabes, Egipto (que aspiraba a una unidad bajo su hegemonía) y el rey de Hiyaz, que no veía con buenos ojos que se forjara en su frontera norte una unión tan fuerte dominada por la familia Hachemita. Esta fuerte oposición abocó al proyecto a su fracaso. Ante el poco éxito de los Hachemitas en el proceso de unidad, el presidente egipcio Nabas, lanzó un segundo proyecto que suponía un menor grado de integración pero que contaba con un mayor apoyo, especialmente por parte de los ingleses. Después de dos conferencias (Alejandría en 1944 y El Cairo en 1945) y una intensa labor diplomática se consiguió, presionando a los países más reticentes, crear la Liga de los Estados Árabes. Ésta unió a siete países con relativa capacidad de acción: Egipto, Siria, Líbano, Transjordania, Iraq, Arabia Saudita y Yemen del Norte, junto con un representante de los árabes palestinos, dejando las puertas abiertas a la posible entrada del resto de países árabes que quisieran unirse a ellos una vez lograsen su independencia.
Se estableció su sede fija en El Cairo. Aunque se prohibía la injerencia en asuntos internos de otros países, sí se marcaron una serie de objetivos: fortalecer las relaciones entre los estados miembros, coordinar sus políticas para salvaguardar su independencia y soberanía, y en general, todo cuanto afectaba a los asuntos e intereses de los países árabes. También se estrechaba la cooperación en materia económica, en comunicaciones, en asuntos culturales y en las políticas de bienestar social. Se alcanzó el acuerdo de no recurrir a la fuerza para resolver conflictos entre los miembros de la Liga.
Miembros
Estados miembros de la Liga Árabe
dispersión de la lengua árabe.
Miembros de la Liga Árabe (y fecha de su admisión):
• Egipto - 22 de marzo de 1945 (Fundador) (suspendido, 1979-1989)
• Irak - 22 de marzo de 1945 (Fundador)
• Jordania (como Transjordania entre 1945-1949) - 22 de marzo de 1945 (Fundador)
• Líbano - 22 de marzo de 1945 (Fundador)
• Arabia Saudí - 22 de marzo de 1945 (Fundador)
• Siria - 22 de marzo de 1945 (Fundador)
• Yemen del Norte - 5 de mayo de 1945 (Fundador), desde 1990 como Yemen 1967-1990 (fusión con Yemen del Sur)
• Libia - 28 de marzo de 1953
• Sudán - 9 de enero de 1956
• Marruecos - 1 de octubre de 1958
• Túnez - 1 de octubre de 1958
• Kuwait - 20 de julio de 1961
• Argelia - 16 de agosto de 1962
• Emiratos Árabes Unidos - 12 de junio de 1971
• Baréin - 11 de septiembre de 1971
• Catar - 11 de septiembre de 1971
• Omán - 29 de septiembre de 1971
• Mauritania - 26 de noviembre de 1973
• Somalia - 14 de febrero de 1974
• Palestina - 9 de septiembre de 1976 (representada por la OLP)
• Yibuti - 18 de diciembre de 1977
• Comores - 20 de noviembre de 1993
La suspensión de Egipto se debió a la firma de los acuerdos de Camp David y al establecer relaciones diplomáticas con Israel. Durante esta suspensión la sede de la Liga se trasladó de El Cairo a Túnez.
El Sahara Occidental, territorio ocupado y administrado de facto por Marruecos, es considerado como parte de éste por la Liga Árabe.
Organización
La Liga Árabe está compuesta por los siguientes organismos:
• Consejo de la Liga Árabe, integrado por todos los estados miembros. Cada país tiene un voto y las decisiones aprobadas no son necesariamente vinculantes;
• Consejo Económico y Social Árabe;
• Comités técnicos;
• Agencias árabes especializadas;
• Uniones o asociaciones árabes;
• Secretaria General, nombrado por el Consejo
La Liga de Estados Árabes o simplemente Liga Árabe (en árabe: جامعة الدول العربية Yāmi`at ad-Duwal al-`Arabiyya), es una organización que agrupa a los Estados árabes.
Fue fundada el 22 de marzo de 1945 por siete Estados. Su objetivo principal es:
Servir el bien común, asegurar mejores condiciones, garantizar el futuro y cumplir los deseos y expectativas de todos los países árabes.
Su diferencia con otras organizaciones como la Unión Europea es que no ha conseguido un grado importante de integración regional y en que la organización no mantiene relaciones directas con los ciudadanos de sus Estados-miembro. La carta fundacional de la Liga Árabe declara que coordinará asuntos económicos, incluyendo relaciones comerciales, comunicaciones, cultura y salud. La sede permanente (Secretaría General) de la Liga se encuentra en El Cairo, Egipto. Salvo entre 1979-1989 que estuvo ubicada en Túnez.
En su carta fundacional, la Liga Árabe fijó como sus objetivos iniciales los de conseguir que el resto de estados árabes que aún se encontraban colonizados por países europeos se independizasen, y que en el Mandato Británico de Palestina la minoría judía no estableciera un estado independiente (Israel). También especificaba que no se trata de una Unión de estados ni de una Federación, sino una Liga en la que todos los estados soberanos mantienen una total independencia.
Fundación
Durante la Segunda Guerra Mundial, El Cairo fue el centro de la toma de decisiones tanto económicas como militares de los británicos para todo Oriente Próximo. Esta posición estratégica clave, permitió al gobierno egipcio entrar en conversaciones con otros países árabes para consolidar una unión más estrecha entre todos ellos. En ese momento, la situación en todos los Estados Árabes era muy diferente; mientras que en los gobiernos de Irak y Siria había una clara voluntad de fomentar los vínculos entre los países árabes, en el Líbano (con una importante población cristiana) no se veía con tan buenos ojos. En Yemen, Arabia Saudita y Egipto el sentimiento de unidad árabe ya estaba más extendido, aunque siempre manteniendo por delante los intereses nacionales.
Lo que estaba fuera de toda duda, era el hecho de que la guerra había contribuido notablemente a consolidar el sentimiento de unidad entre todos los árabes. Este estrechamiento de lazos desembocó en un primer intento de creación de una Liga de Estados Árabes, favorecido además, por el impulso británico, que se aseguraba así la influencia en la zona.
El primer borrador, desarrollado por el primer ministro de Irak y por Gran Bretaña, establecía cinco puntos por los que se habría de regir la unión:
1. Formación de una Gran Siria, que estaría formada por Siria, Palestina, Transjordania y Líbano.
2. Creación de la Liga Árabe, formada por la unión de Iraq y de la Gran Siria.
3. La Liga tendría un consejo permanente encargado de coordinar las cuestiones relativas a la administración y gobierno, los asuntos exteriores, la defensa, las cuestiones económicas y la protección de las minorías.
4. Se concedería una pequeña autonomía a los judíos de Palestina.
5. Los Maronitas de Líbano tendrían un régimen privilegiado.
También se establecía que esta unión estaría dirigida por la familia Hachemita. Sin embargo, este primer proyecto contó con una importante oposición; claramente en contra se manifestaron la comunidad judía, gran parte de la opinión pública libanesa, una parte de los sirios que defendían su propia nacionalidad al margen del resto de pueblos árabes, Egipto (que aspiraba a una unidad bajo su hegemonía) y el rey de Hiyaz, que no veía con buenos ojos que se forjara en su frontera norte una unión tan fuerte dominada por la familia Hachemita. Esta fuerte oposición abocó al proyecto a su fracaso. Ante el poco éxito de los Hachemitas en el proceso de unidad, el presidente egipcio Nabas, lanzó un segundo proyecto que suponía un menor grado de integración pero que contaba con un mayor apoyo, especialmente por parte de los ingleses. Después de dos conferencias (Alejandría en 1944 y El Cairo en 1945) y una intensa labor diplomática se consiguió, presionando a los países más reticentes, crear la Liga de los Estados Árabes. Ésta unió a siete países con relativa capacidad de acción: Egipto, Siria, Líbano, Transjordania, Iraq, Arabia Saudita y Yemen del Norte, junto con un representante de los árabes palestinos, dejando las puertas abiertas a la posible entrada del resto de países árabes que quisieran unirse a ellos una vez lograsen su independencia.
Se estableció su sede fija en El Cairo. Aunque se prohibía la injerencia en asuntos internos de otros países, sí se marcaron una serie de objetivos: fortalecer las relaciones entre los estados miembros, coordinar sus políticas para salvaguardar su independencia y soberanía, y en general, todo cuanto afectaba a los asuntos e intereses de los países árabes. También se estrechaba la cooperación en materia económica, en comunicaciones, en asuntos culturales y en las políticas de bienestar social. Se alcanzó el acuerdo de no recurrir a la fuerza para resolver conflictos entre los miembros de la Liga.
Miembros
Estados miembros de la Liga Árabe
dispersión de la lengua árabe.
Miembros de la Liga Árabe (y fecha de su admisión):
• Egipto - 22 de marzo de 1945 (Fundador) (suspendido, 1979-1989)
• Irak - 22 de marzo de 1945 (Fundador)
• Jordania (como Transjordania entre 1945-1949) - 22 de marzo de 1945 (Fundador)
• Líbano - 22 de marzo de 1945 (Fundador)
• Arabia Saudí - 22 de marzo de 1945 (Fundador)
• Siria - 22 de marzo de 1945 (Fundador)
• Yemen del Norte - 5 de mayo de 1945 (Fundador), desde 1990 como Yemen 1967-1990 (fusión con Yemen del Sur)
• Libia - 28 de marzo de 1953
• Sudán - 9 de enero de 1956
• Marruecos - 1 de octubre de 1958
• Túnez - 1 de octubre de 1958
• Kuwait - 20 de julio de 1961
• Argelia - 16 de agosto de 1962
• Emiratos Árabes Unidos - 12 de junio de 1971
• Baréin - 11 de septiembre de 1971
• Catar - 11 de septiembre de 1971
• Omán - 29 de septiembre de 1971
• Mauritania - 26 de noviembre de 1973
• Somalia - 14 de febrero de 1974
• Palestina - 9 de septiembre de 1976 (representada por la OLP)
• Yibuti - 18 de diciembre de 1977
• Comores - 20 de noviembre de 1993
La suspensión de Egipto se debió a la firma de los acuerdos de Camp David y al establecer relaciones diplomáticas con Israel. Durante esta suspensión la sede de la Liga se trasladó de El Cairo a Túnez.
El Sahara Occidental, territorio ocupado y administrado de facto por Marruecos, es considerado como parte de éste por la Liga Árabe.
Organización
La Liga Árabe está compuesta por los siguientes organismos:
• Consejo de la Liga Árabe, integrado por todos los estados miembros. Cada país tiene un voto y las decisiones aprobadas no son necesariamente vinculantes;
• Consejo Económico y Social Árabe;
• Comités técnicos;
• Agencias árabes especializadas;
• Uniones o asociaciones árabes;
• Secretaria General, nombrado por el Consejo
viernes, 31 de mayo de 2024
CUENTO SUFI .REALMENTE PARA REFLEXIONAR
Un féretro
Un niño lloraba ante el féretro de su padre:
"¡Oh padre mío! ¡En adelante tu sitio estará bajo la tierra! ¡Querido padre! ¡Estás en una morada tan estrecha, tan desprovista de todo! ¡Ni manta, ni cojín, ni jergón! ¡Sin una vela en la noche ni pan durante el día! ¡Sin puerta, sin techo, sin vecinos compasivos! ¡Ni siquiera el olor de una comida! ¡Sólo una morada tan estrecha que cualquiera perdería en ella el color de su tez!"
Entre los asistentes, había otro niño, llamado Dyuha., que al oírlo, se volvió hacia su madre y le dijo:
"¡Madre!... ¡este niño está hablando de nuestra casa...!"
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